sábado, 17 de septiembre de 2011

El hombre que Grita


Una película proveniente de Chad es toda una rareza en el contexto del cine internacional. Pero una película africana que elude los vicios del pintoresquismo for export y los lugares comunes de la corrección política ya constituye, prácticamente, un milagro. Mahamat-Saleh Haroun, el director de la muy interesante Daratt, describe, a partir de una tensa relación padre-hijo y de los conflictos internos en un hotel de lujo en donde ambos trabajan en tareas tales como el mantenimiento de la piscina, el grado de descomposición social que se vive en un país como Chad, desolado por una cruenta e interminable guerra civil y que cada día demanda más de sus habitantes. Un homme qui crie –ganadora del premio del jurado en el pasado Festival de Cannes– está concebida con un rigor y una nobleza que le permiten sortear en casi todo momento el didactismo y la torpeza de tanto cine africano siempre bienintencionado, pero muchas veces maniqueo y previsible.

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