viernes, 7 de octubre de 2011

Cerro Bayo


La temporada de esquí se acerca en un pueblo patagónico al pie del Cerro Bayo, pero su ritmo tranquilo se altera cuando Juana Keller, la matriarca de una particular familia, intenta suicidarse. Mientras permanece en coma, sus hijas, yernos y nietos, verán sus vidas modificarse a partir del incidente despertando lo peor y lo mejor en de cada uno de ellos.

¿Cuánto dinero ganó la abuela Keller en el casino, escondió en la tumba antes de... intentar suicidarse? ¿Cuánto dinero? ¿De una cantidad que alcanza para un pasaje a Europa, un lote, o una vida nueva?
Es que el dinero, como la belleza, en Cerro Bayo, importa en relación con el valor que cada personaje le otorga. La hija tiene el valor del éxito puesto en la belleza. Para el nieto, el dinero del pasaje representa el acceso, o no, a la experiencia europea; para la hermana de Buenos Aires, el dinero es todo, aunque no le solucionen nada. Para Marta el intercambio de dinero se confunde con el intercambio de afecto. Para Eugenia que Mercedes use una prenda idéntica a la suya para caminar de día le quita su valor.
El valor relativo de los objetos y cómo se cotizan de acuerdo a la mirada del otro.
En un instante de suspensión, como el momento previo a una nevada, estos personajes intentan alcanzar sus objetivos en los que se deposita la supuesta felicidad.
No es el dinero lo que define a las personas sino lo que las personas hacen con él.

El Arbol


La familia O'Neil es feliz. Con cuatro hijos, viven en una preciosa casa rodeada de naturaleza, en Australia. La inesperada muerte de su marido Peter, a causa de un ataque al corazón, hace que Dawn caiga en una terrible depresión, siendo incapaz de ponerse al frente de la familia. Sólo habrá dos cosas que la ayudarán a salir de su estado, y que, además, no son compatibles entre ellas: la primera, conocer a un hombre del pueblo; la segunda, convencerse, gracias a su hija Simone, de ocho años, que el espíritu de Peter reside en el gran árbol de al lado de la casa, junto al que él murió.

Julie Bertuccelli adapta en éste, su segundo largometraje, el best seller de Judy PascoeEl árbol, retratando fielmente las distintas sensaciones por las que puede pasar el ser humano para sobrevivir a sus desgracias. Así, cada uno de los miembros de la familia se tomará la muerte del cabeza de familia de una forma muy distinta: el pequeño de cinco años dejará de hablar; Simone reconocerá en el centenario árbol y el movimiento de sus hojas por el viento, la voz de su padre, una forma de evitar pensar en la cruel realidad, y se convencerá de la importancia de cuidar al árbol como lo que parece que es: el protector de la casa, el protector de la familia; Dawn, la madre, querrá aferrarse también a la ilusión de la niña, aunque ésta le prive el poder seguir adelante con su propia vida y la de sus hijos; el mediano se hará el fuerte, escondiendo su deseo de que el árbol sea también la representación de lo que han perdido; el hijo mayor será el único que se dará cuenta de la necesidad de sacar adelante a la familia, poniéndose a trabajar rápidamente pero, en el fondo de su ser, anhelando poder escapar de allí y vivir su propio destino....

La Proie


El guión cuenta las desventuras de un ladrón de bancos (Albert Dupontel) acusado de crímenes cometidos por su antiguo compañero de celda, un asesino en serie (Stéphane Debac). Huído de la prisión, el ladrón se lanza a la búsqueda del asesino al que también persigue una agente de policía (Alice Taglioni). Se inicia así una sofocante persecución a rienda suelta que lleva a los tres personajes a través de la Francia profunda –zonas industriales, urbanizaciones y pequeños pueblos–.

Tres


Hanna y Simon son pareja desde hace 20 años. El técnico de arte y la moderadora de cultura viven en Berlín uno al lado del otro y llevan una relación armoniosamente en pugna. Juntos, han vivido muchas cosas, buenas y malas, crisis y dichas. Pero también saben que probablemente ya no les queden muchas sorpresas. ¿O sí? Sin imaginarlo el uno del otro, ambos se enamoran del mismo hombre, el encantador y enigmático investigador de células madre Adam Born. Así, Hanna y Simon llevan en silencio su aventura con Adam sin saber lo mucho que los une el secreto que se guardan mutuamente… hasta que Hanna se embaraza.

America, Una Historia Muy Portuguesa


Lisa, una hermosa joven rusa, está casada con Víctor, un portugués. Fernanda, la ex-esposa española de Víctor, aprovechando la llegada en oleada de inmigrantes ilegales a Portugal, quiere hacer negocio con unos pasaportes falsos. A partir de entonces, y para la desesperación de Lisa, su casa se convierte en un centro de reinserción social para los inmigrantes de varias nacionalidades y razas diferentes, todos en busca de un futuro mejor. Entre ellos se encuentra Andrei, un joven ortopedista ucraniano que es buscado por la mafia rusa. Andrei termina enamorándose de Lisa, que ve en él la oportunidad de salir de esa vida. Pero las cosas no son tan sencillas...

Tokio Blues (Norwegian Wood)


En “Tokio blues (Norwegian wood)”, cuando Toru Watanabe escucha casualmente el Norwegian Wood de Los Beatles, la melancolía y la nostalgia le hacen retroceder a su pasado como estudiante en el Tokio de finales de los 60. Toru recuerda a la inestable y misteriosa Naoko, la novia de su mejor amigo de la adolescencia, y el suicidio de éste, suceso que le distanció de Naoko durante un año hasta que se reencuentran en la universidad. Allí inician entonces una relación íntima que, sin embargo, se resiente por la frágil salud mental de Naoko, a la que internan en un centro. Al poco tiempo, Toru se enamora de Midori, una joven activa y resuelta. Indeciso, sumido en dudas y temores, experimenta entonces el deslumbramiento y el desengaño allá donde todo parece cobrar sentido: el sexo, el amor y la muerte.

El Arbol de la Vida


Basada en la historia de una familia del Medio Oeste Norteamericano durante los añs 50. La película sigue el viaje de vida del hijo mayor, Jack, desde la inocente infancia hasta su desencantada adultez, en su intento de reconciliar la complicada relación con su padre. Jack se siente como un alma perdida en el mundo moderno, en busca de respuestas sobre el origen y significado de la vida, mientras se cuestiona la existencia de la fe. A través de la imagineria singular de Malick, se observa como al mismo tiempo naturaleza bruta y gracia espiritual construyen no sólo nuestras vidas como individuos y familias, sino toda la vida.

"Tree of Life" es un ejercicio autoral, artístico, con pretensiones. No es cine para pasar el rato, para eso existe Hollywood o sus equivalentes. Es una obra que busca atrapar al espectador que necesite, o que sepa apreciar otros puntos de vista. En este caso el de Terrence Malick, que divide su largometraje en dos secciones y las va alternando en el tiempo, contando una historia no lineal que se mira cara a cara con otros ejercicios más espirituales y menos rígidos como podrían ser "Zerkalo" de Andrei Tarkovsky u "Otto e mezzo" de Federico Fellini. Alterna así una historia familiar, con un padre autoritario, una madre algo retraida y unos niños que van experimentando la vida, con una reconstrucción del universo que es un orgasmo para los sentidos. Lo que encontramos al final no es tanto un trabajo 'intelectual' sino uno que ni siquiera busca atrapar al espectador sino que representa las necesidades de un artista por ofrecerle al mundo lo mejor que sabe hacer.

El Niño de la Bicicleta


Acercarse a una película de los hermanos Dardenne es acercarse a la realidad, son películas que te golpean con la dura realidad.
Desde luego El niño de la bicicleta no es ajeno a este tipo de cine.
Este tipo de películas, aunque necesarias, siempre es necesario que alguien muestre la realidad y no solo en documentales, son agotadoras, algunos las consideran anti-cine porque carecen de ficción al ser hiperrealistas.
Y esa es su gran baza, los Dardenne lo saben hacer tan bien que uno se olvida que está ante una ficción.

Los ingredientes que usan los hermanos, y que ellos controlan como nadie son:
Película desnuda, una cámara sigue a los protagonistas, rodada de forma magnífica, cámara en mano pero sin estridencias y sabiendo donde colocarse en todo momento para verlo de la forma más natural posible.
Apenas música, en esta película se permiten el uso de unos breves fragmentos musicales en un par de momentos, para hacer resaltar el momento, con un gran resultado.
Actuaciones que no son tales, ves a los personajes y no a los actores. Cécile De France está perfecta y el niño protagonista Thomas Doret soberbio.
Historia pequeña, mínima, un microcosmos que puede estar ocurriendo y seguramente ocurre, al lado de tu casa.
Guión de una extremada naturalidad, aunque en este caso se puede uno encontrar con alguna situación algo forzada, no dejan de ser plausibles, no juegan, como tantas películas, a explicarnos los porques de los personajes, no toman partido por ellos y esta es su gran cualidad, no buscan emocionar, solo muestran, el espectador es el que debe implicarse, la película está mostrada como el trabajo de un entomólogo, observa a sus personajes pero sin juzgarlos, sin quererlos ni odiarlos, con una frialdad muy dificil de encontrar en el cine.

A los Dardenne se les puede reprochar que no dejen, casi nunca, un hueco a la felicidad y quizás sea porque no saben filmarla, no hay respiro en la película.

Pero El niño de la bicicleta puede ser mirada de otra forma, puede ser vista como un cuento, con un niño protagonista, una suerte de caperucita roja, en este caso el niño siempre con su camisa roja, hay un hada buena, un ogro malvado, una busqueda. Pero admite otras lecturas, sobre e

Justicia Final


Betty Anne Waters (Hilary Swank) es una madre soltera que ha dedicado los últimos veinte años de su vida a estudiar Derecho para convertirse en una abogada de prestigio. Pero no lo ha hecho para sí misma, sino para sacar de la cárcel a su hermano (Sam Rockwell), acusado de un delito de homicidio que no cometió. Betty está convencida de que puede demostrar su inocencia, aunque también sabe que la maquinaria del estado no va admitir una derrota tan fácilmente. De hecho, el tiempo se acaba y su hermano entra en el corredor de la muerte. Pero, mientras hay vida, hay esperanza.

Drama protagonizado por un gran elenco que incluye a Hilary Swank, Sam Rockwell y Minnie Driver, y que fue dirigido por Tony Goldwyn.